Los fieles enfermos se ven privados del lugar que les corresponde y al que están acostumbrados en la comunidad eucarística. Al llevarles la comunión, el ministro de la comunión comparte tres de los mayores dones que cualquier persona puede recibir: la Eucaristía (Dios mismo), el amor y la comunidad. Para los enfermos, la recepción de la comunión no es sólo un privilegio, sino también un signo de apoyo y preocupación que la comunidad cristiana muestra hacia sus miembros enfermos.
Contacto: Diácono Mike Engel 763-306-5586